EL ANGEL DE LA GUARDA: FANTASIA O REALIDAD.
Recuerdo que en ese tiempo comenzaron las dificultades para mi negocio, tenía todos los equipos malogrados y debía llevarlos a Lima a reparar ya que en mi ciudad no existían técnicos especializados en esa área.
El problema era que para eso necesitaba de cierto capital y yo no disponía de suficiente efectivo temiendo que no me fuera a alcanzar. Así se lo comenté esa tarde a mi amiga Nancy que con su habitual sonrisa y su rostro irradiando esperanza, me llegó a visitar.
...Pero Amiguita, dijo ella, que también era diestra en el arte de los negocios... lo que pasa es que tú estás acostumbrada a viajar siempre en primera clase, con cena y desayuno incluidos servidos por una terramoza; pero si deveras quisieras ahorrar hay "otras" maneras de viajar que te costarían solo la mitad de lo que piensas gastar.
Ah si?... pregunté con incrédula sonrisa. Háblame entonces de esas formas que yo desconozco, y que me pueden salvar.
El problema era que para eso necesitaba de cierto capital y yo no disponía de suficiente efectivo temiendo que no me fuera a alcanzar. Así se lo comenté esa tarde a mi amiga Nancy que con su habitual sonrisa y su rostro irradiando esperanza, me llegó a visitar.
...Pero Amiguita, dijo ella, que también era diestra en el arte de los negocios... lo que pasa es que tú estás acostumbrada a viajar siempre en primera clase, con cena y desayuno incluidos servidos por una terramoza; pero si deveras quisieras ahorrar hay "otras" maneras de viajar que te costarían solo la mitad de lo que piensas gastar.
Ah si?... pregunté con incrédula sonrisa. Háblame entonces de esas formas que yo desconozco, y que me pueden salvar.
Fue así que comenzó a explicarme que con ir tan solo a unas cuadras de donde yo vivía, pasaban los bus que iban a Lima donde podía subir y viajar "igualito" que si hubiera comprado el pasaje en una agencia autorizada, con la diferencia que me iba a costar solo la mitad... "Así comienzas por ahorrarte el taxi que te llevaría al terminal ya que puedes hacer el recorrido a pié, y en vez de bajarte a cenar llevas tus sanguchitos, luego te echas a dormir y en un abrir y cerrar ya estas en Lima..."
Así como lo ponía parecía muy sencillo y no tenía nada que perder... Esa noche cuando me fui a descansr comencé a considerarlo en serio. Sería cierto que habría estado gastando más de la cuenta de manera innecesaria cuando podía haberlo hecho de otra manera?... Eso lo tenía que comprobar. De esa manera me decidí a poner en practica lo que ella me había aconsejado.
Cuando "El Rayo" se detuvo en el paradero oficial de los desesperados por llegar a Lima de cualquier manera, entre ellos estaba yo; me prendí como pude con una mano, mientras con la otra arrastraba mi pequeña maleta dentro de la cual había camuflado mis cinco equipos. Pese al apuro por encontrar un asiento disponible no pude dejar de reparar en los ojos de todos los presentes que se clavaron en mí apenas me vieron subir... no entendí muy bien a qué se debía pero fue como si ellos pensaran que me había equivocado de lugar...
Tuve que avanzar hasta el fondo para encontrar sitio, en tanto en el trayecto mis ojos fueron recorriendo algunos jóvenes con el torso desnudo,... otros que no tuvieron tiempo ni de ponerse los zapatos y se fueron con las sandalias en las manos...pero eso no era lo peor, sino que como habían nacido con las piernas demasiado largas no les quedaba otra que colgarlas por encima del respaldar del asiento de adelante... Aunque a estas alturas ya estaba convencida que había tomado la decisión equivocada, no podía echarme para atrás pues el ómnibus reiniciando la marcha se alejaba de la ciudad. temiendo que "ellos" se pudieran ofender si se daban cuenta que me sentía incomoda en su compañía, lo más tranquila que pude me fui a sentar en la última fila en donde había un asiento libre pero detrás del cual habían camuflado una carga de quintales de limón que impedía que el respaldo del asiento se plegase. De esa manera me tocó hacer el viaje estresada temerosa y derechita, esperando que en alguna de las tantas paradas que hacía, alguien de adelante se bajase para ir yo a ocupar su lugar.
Lo curioso fue que luego de algunos minutos de viaje, nos dimos cuenta que todos nos pasaban a voluntad, es decir: las combis, las moto taxis, las bicicletas y hasta las carretas jaladas por burros... pues el ómnibus en el que viajábamos más parecía una cisterna vieja que se mecía para ambos lados como una hamaca y avanzaba con dificultad a través del desierto, tanto es así que cuando un nuevo vehículo pasaba a nuestro lado los muchachos de las piernas largas y sin camisa, gritaban sin reparo al conductor: amarrate a ese!... amarrate a ese! solo así llegamos mas rápido!... Al final después del miedo inicial todo era una risa generalizada, provocada por las bromas de los que no temen decir lo que piensan.
Le comenté a mi compañero de asiento mis temores y para colmo, él me contó de una conocida a quién en un viaje anterior le robaron todo, cuando cuatro asaltantes bloquearon el camino y subieron al pullman... me dijo que eso estaba de moda...
Era de noche cuando arribamos a Chiclayo, donde por fin pude cambiarme de lugar y viajar así un poco más tranquila. Decidida a relajarme, cerré los ojos e intenté una oración a mi ángel de la guarda para que me protegiera mientras dormía. Fue entonces cuando sin querer me di cuenta que siempre que me dirijía a él me lo imaginaba en el aire, en una posición que no debía ser muy cómoda para alguien de su investidura. Como en un curso de Relajación, para volvernos más creativos nos enseñaron a crear todo con la imaginación como si fuera real, decidí poner en práctica mis conocimientos y en ese instante comencé a crearle una oficina donde pudiera atenderme cada vez que necesitara hablar con èl.
No se me escapó ni un solo detalle de la habitación, un amplio escritorio hecho de ébano y vidrio, con su silla giratoria, un mórbido sofá de cuero donde yo pudiese recostarme si estuviese deprimida, un equipo de sonido de ultima generación de donde salia una música celestial... las paredes, el techo y las cortinas todo en blanco, le daban un aire serenísimo al lugar.
Me encontraba dándole los últimos toques, cuando se abrió la puerta y él hizo su aparición, era la primera vez que lo tenía frente a mí y nunca me lo hubiera imaginado así: Era un ser realmente bello, alto, atlético, de cabellos castaños que le llegaban hasto los hombros, estaba vestido con camisa y pantalones hechos en un lino blanquísimo, con sandalias de cuero, sonreía feliz mientras se acercaba a mi, irradiaba seguridad y fortaleza por todos sus poros, solo tenerlo delante ya me hacía sentir mucho mejor...
Emocionada y temblorosa, comencé a hablarle de mis inquietudes y las dificultades por las que estaba atravesando. Mientras lo hacía él me escuchaba con mucha atención y de tanto en tanto tomaba notas en su agenda plateada... hasta que sonó su celular, se disculpó y se alejó para responder... cuando regresó me dijo que se trataba de una emergencia que requería su atención, se disculpo conmigo porque debía ausentarse pero me prometió que nos veríamos muy pronto y que cualquier cosa que necesitara, solo tenia que llamarlo, sonrió complacido dándole una ojeada a la habitación y tomándome de las manos se despidió, no sin antes dejarme cómodamente recostada en el diván, escuchando una música con sonidos mágicos de la naturaleza...
Emocionada y temblorosa, comencé a hablarle de mis inquietudes y las dificultades por las que estaba atravesando. Mientras lo hacía él me escuchaba con mucha atención y de tanto en tanto tomaba notas en su agenda plateada... hasta que sonó su celular, se disculpó y se alejó para responder... cuando regresó me dijo que se trataba de una emergencia que requería su atención, se disculpo conmigo porque debía ausentarse pero me prometió que nos veríamos muy pronto y que cualquier cosa que necesitara, solo tenia que llamarlo, sonrió complacido dándole una ojeada a la habitación y tomándome de las manos se despidió, no sin antes dejarme cómodamente recostada en el diván, escuchando una música con sonidos mágicos de la naturaleza...
Cuando el sol entró por las ventanas del bus me desperté, habíamos llegado a Lima. Ese día no volví a pensar en nada que no estuviera relacionado con la reparación de mis equipos, tenia que hacerlo todo bien y en el menor tiempo posible de modo que por la noche pudiese regresarme a Piura ya que era la semana de Navidad y mis clientes se volverían locos si yo no llegaba a tiempo.
Comenzaba a oscurecer cuando me dirigía a comprar el pasaje de regreso, con la experiencia de la venida no quería arriesgarme a otra cosa parecida, así que me dirigí a comprar mi pasaje con terramoza incluida, pero temiendo tener dificultad para encontrar pasaje a buen precio por ser la semana de Navidad, me acordé de mi ángel de la guarda y por las dudas le dije: "Por favor, ayúdame a encontrar un pasaje donde viaje cómoda y que me cueste barato"... y seguí caminando a toda prisa.
Cuando estaba en la fila esperando mi turno para llegar a la ventanilla ya no me acordaba de haber formulado ningún pedido por lo que me llené de desconfianza cuando faltando solo tres personas para que me tocara a mí, se me acercó una chica a ofrecerme un pasaje que según ella había comprado quince días atrás y que por un imprevisto no podía viajar. Me dijo: "se lo vendo baratísimo porque ahorita los pasajes normales cuestan el doble de lo que va a pagar y además este es preferencial ( en bus-cama ). Como ya me estaba convenciendo, le dije que se lo compraría siempre que la señorita de la ventanilla me dijera que era todo ok. Y así lo hizo...
Cuando caí en la cuenta que iba a viajar en bus-cama pagando un precio igual a que si viajara en un bus normal, me acordé del pedido a mi ángel de la guarda... Significaba eso que mi "encuentro" con él no habían sido solo fantasías mías?...
Me dirigí al bus para subir pero en la puerta la terramoza me detuvo contrariada al observar el precio de mi pasaje, me dijo que a ese precio yo no podía viajar en la sección preferencial que costaba el triple, sino tan solo en la popular... no quiso aceptar ninguna explicación adicional. Contenta y agradecida por haber alcanzado al menos un asiento, viendo la cantidad de gente que se peleaba por un pasaje me fui a ubicar en la parte de arriba del bus... al ratito vino alguien a reclamarme el puesto enseñándome el número de su pasaje, yo me encogí de hombros y le mandé que hablara con la terramoza pues ella me había mandado ubicarmme ahí... luego de un momento regresó a decirme: Dice la terramoza que vaya usted a ocupar su asiento en bus cama"... Yo casi podía ver a mi ángel de la guarda sonriéndome con picardía desde algún rincón, pues, cómo podría una simple terramoza deshacer algo que había sido arreglado en otra dimensión?...
